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  • Foto del escritorLa Tercera Marcha

Bendito periodismo

Actualizado: 27 abr 2020

Carlos Monfort.


El coronavirus está suponiendo una toma de conciencia enorme para todos los ciudadanos, que ha puesto en evidencia nuestra fragilidad como especie. Dicha pandemia ha provocado un enorme impacto emocional que ha generado una sensación de miedo ante la incertidumbre, incluso para los más escépticos. Sin embargo, estamos viendo gran cantidad de rumores y noticias falsas que se difunden a gran velocidad que nos hacen plantearnos cuáles son los principios éticos del periodismo.


Hace poco más de un año, el Papa Francisco concedió una entrevista al periodista español Jordi Évole. Entre otros temas, el Papa alertó sobre cuatro pecados o desviaciones en las que pueden caer los medios de comunicación. Dijo: “Ustedes tienen la posibilidad de caer en cuatro pecados o en cuatro actitudes malas, por no hablar en lenguaje teológico, cuatro actitudes que los amenazan continuamente y de las cuales tienen que defenderse.


Primero la desinformación: doy la noticia pero doy solo la mitad. La otra mitad no la doy. Eso va contra el derecho que tiene uno que recibe noticias a estar informado. Le informas la mitad, le informas mal. Esa es una de las desviaciones que ustedes tienen que cuidarse de no caer en ella.


El segundo pecado, es la calumnia: calumniar gente. Hay medios de comunicación que calumnian sin ningún problema. ‘¿De dónde sacó eso usted? Lo vi en la televisión, lo leí en el diario’. El medio de comunicación tiene tanto poder frente a las masas, la gente, que puede calumniar impunemente. Además, ¿quién le va a hacer juicio? Nadie.


Tercero: la difamación, que es más sutil todavía. Porque toda persona tiene derecho a la reputación. Y si hace 20 años pegaste un resbalón en la vida, hiciste una macana, pagaste la cuenta, pagaste la pena. Eres una persona libre y sin mancha. No te pueden sacar en los medios de comunicación una historia que está superada, bien pagada ya y resarcida. En eso consiste la difamación: te traen una mancha de antes y te la tiran ahora, cuando tú ya creías haberla borrado de tu mente.


El cuarto y último pecado es “la coprofilia”, que consiste en “el amor a la cosa sucia”, a los escándalos. Hay medios que viven de publicitar escándalos sean o no verdaderos, o sean la mitad verdaderos o no, pero viven de eso, señaló. Recuerdo que mi antecesor en Buenos Aires, el Cardenal Quarracino, que decía: ‘Mirá, yo ese diario no lo puedo leer porque hacés así y chorrea sangre’. Creo que superando estos cuatro límites la comunicación sería algo maravilloso”, concluyó.


“La herramienta básica para la manipulación de la realidad es la manipulación de las palabras. Si puedes controlar el significado de las palabras, puedes controlar la gente que debe usar las palabras”. - Philip K. Dick. 1928-1982. Escritor y filósofo estadounidense.




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