La Tercera Marcha
Mentes inseguras
Actualizado: 27 abr 2020
Martí Barenys.
Durante el confinamiento sentimos miedo, aburrimiento, tristeza... pero lo que realmente nos concierne más es la inseguridad.
No sabemos demasiado sobre este virus, solo tenemos la referencia de las personas fallecidas y la mortalidad que esta pandemia está provocando a nivel mundial. Así que sentir inseguridad es lo más normal del mundo, pero a la vez es como un clavo que atraviesa nuestra cabeza y nos impide pensar con claridad.
En casa estamos tranquilos, pero cuando tenemos que salir a hacer la compra no sabemos como actuar; nos protegemos al máximo con máscaras o guantes y evitamos acercarnos a otras personas. Procuramos seguir las indicaciones de las autoridades y, cuando volvemos a casa, procedemos a dejar la ropa usada en un lugar donde no suponga un problema, nos lavamos las manos tres veces si hace falta y nos duchamos con agua caliente. ¿Es realmente necesario hacer todo este proceso? No tenemos la respuesta, no sabemos cómo podemos contagiarnos, de aquí viene esa incertidumbre.
Quién sabe si los productos que compramos en el supermercado contienen el virus o no, el caso es que para evitar cualquier tipo de riesgo debemos tomar precauciones. No seré el único que he visto a amigos, familiares e incluso a desconocidos lavar con agua y jabón todos los productos uno por uno, ya sea una caja de cereales o una manzana. Y eso no es todo, hay quien, después de realizar este minucioso proceso, deja reponer durante unos tres días la comida en la terraza. Lo mismo sucede al salir al rellano, tu subconsciente te avisa de que no toques la barandilla de la escalera o que no te subas al ascensor, pero, a veces, aún teniéndolo en cuenta, puede suceder inconscientemente porque estamos acostumbrados a realizar diariamente este tipo de acciones.
Pensamos que a más medidas que tomemos contra el virus más probabilidad de no contraerlo tenemos. Y sí, es cierto que tomar medidas en cierto punto es más efectivo que pasar de todo, pero no siempre es así. A veces solo es cuestión de suerte y por muchas medidas que hayas tomado puedes acabar contagiado. Este es el efecto que produce la inseguridad en nuestra mente, pero, al fin y al cabo, solo nos queda ser pacientes, seguir todas las indicaciones y rezar por un poco de suerte.

Foto: El Diario Montañés