La Tercera Marcha
Salid y disfrutad (con precaución)
Actualizado: 4 may 2020
Carlos Monfort.
Es un hecho. España está viendo la luz al final del túnel. 44 días han tenido que pasar para que los menores de 14 años puedan salir de sus casas. La controversia generada por las medidas del gobierno provocó una modificación de las mismas y los más pequeños pudieron salir a la calle a pasear sin la necesidad de acompañar a sus padres a la farmacia o al supermercado.
Las premisas son muy claras: cada adulto puede acompañar a un máximo de tres niños y la duración del paseo es de un máximo de una hora. Además, solo es posible alejarse a un kilómetro de casa. Los niños pueden llevar sus propios juguetes y es muy recomendable el uso de mascarillas, aunque no obligatorio. En un principio, el horario inicial para la salida de los menores de 14 años era entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche. Sin embargo, la llegada de la fase 0 incluye la posibilidad de que tanto adultos como mayores de 65 salgan a pasear o hacer deporte, por lo que los más pequeños solo podrán salir entre las 12 y las 19 horas, siempre acompañados de un solo adulto.
El desconfinamiento, en imágenes
Vídeo: fuente propia.
Que hable el experto
Las fases de desescalada han proporcionado una dosis de optimismo a la sociedad española, especialmente para quienes más lo necesitan: los niños. Según los expertos, el paseo y el contacto físico y emocional son fundamentales para el desarrollo de sus capacidades cognitivas.
Hablamos con Sandra Farrera, doctora en Psicología por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) para que nos explique detalladamente la necesidad que tienen los niños para salir en un momento como este.

Sandra Farrera en su consulta de Barcelona. / Psicología BCN
¿Cómo afecta el confinamiento a los niños?
El confinamiento ha afectado mucho a su conducta. Los niños están en proceso de desarrollo y dependen mucho de su entorno. Los padres son los encargados de transmitir tranquilidad y equilibrio a sus hijos para que estos puedan percibir que la situación no es de riesgo sino que simplemente se trata de una situación diferente.
Necesitan tener actividad...
Salir al aire libre les hace regular sus emociones, y el confinamiento ha provocado que esta actividad quede totalmente mermada, especialmente en aquellos que viven en entornos urbanos. Existen muchas familias que no tienen ni terraza ni balcón, cosa que les limita aún más si a ello le sumamos el estrés adicional que supone la presencia continua de los familiares en casa.
La interacción de los niños ha cambiado mucho en cuestión de días...
No hay que olvidar la necesidad que tienen los niños de interactuar con sus iguales. El hecho de pasar de interactuar con todo tipo de amigos, profesores y familiares lejanos a solo poder interactuar con los padres es un cambio brusco. Es necesaria una estabilidad mental y física. La incertidumbre de no saber cómo evolucionará también es clave para los más pequeños.
¿Qué es lo que más le están solicitando sus pacientes?
Me llaman muchos padres cuyos hijos tienen ansiedad en cuanto alguien de su familia sale a la calle. Al no entender muy bien la situación, se ponen histéricos pensando que van a enfermar y eso les genera dificultades para dormir.
El confinamiento también nos está ayudando en muchas cosas.
Ha bajado el ritmo escolar y sobre todo extraescolar. Los niños iban constantemente de un lugar hacia otro y tenían muy poco tiempo libre. Ahora estas actividades han quedado en segunda posición. Se valora el hecho de estar en casa. Ha aumentado el tiempo de ocio, no solo en cantidad sino en calidad. Ahora se pasa más tiempo con hijos, padres y hermanos. El confinamiento ha hecho que encontremos un buen momento para estar en familia.
¿Y qué me dice de las rutinas?
Los padres se han visto obligados a establecer un horario y rutinas que permiten que ellos puedan estar trabajando tranquilamente. Algo tan simple como tener que guardar silencio para que los padres puedan trabajar les hace trabajar a ellos también. Los niños están
viviendo un escenario muy diferente, pero si los padres están concienciados los más pequeños se ven obligados a adaptarse. Muchos padres establecen una hora al día para hacer ejercicio físico junto a los niños o para hacer videollamada con familiares, y eso ayuda mucho.
¿Cree que el gobierno ha esperado demasiado a dejar salir o ha sido una decisión precipitada?
El gobierno ha tomado una decisión que los expertos aceptamos. Además, se ha tenido en cuenta la opinión de expertos y epidemiólogos contrastados. Sin embargo, que pudieran acompañar a los padres al supermercado y a la farmacia fue un craso error. Por suerte rectificaron a tiempo. Estas salidas han ofrecido bienestar físico y emocional, puesto que los niños necesitan salir a correr a espacios abiertos. No creo que hayan tardado, han sido medidas de protección. Sabemos muy poco del COVID-19.
¿Cómo lo están viviendo los niños con autismo?
No hay que etiquetar a nadie. El 80% de la población mundial tiene alguna psicopatología, por muy pequeña que sea. Lo que es muy importante es planificar la salida un día antes y enseñarles qué deben hacer antes de salir y cómo lo tienen que hacer (poner los guantes y mascarilla, concienciar de que las primeras salidas deben ser más cortas, etc.). A los niños con autismo les cuestan mucho los cambios.
Se ha dejado salir a los niños antes que a los mayores...
Los mayores salen menos a menudo que los niños, y cuando salen suele ser para hacer una tarea concreta. Son adultos y conscientes de que salir es un gran riesgo para ellos, lo llevan muy bien.
¿Le ha sorprendido la capacidad de adaptación que hemos tenido en el confinamiento? ¿Esperaba que fuese así?
Para nada me ha sorprendido, lo tenía clarísimo. Los medios de comunicación han dado una gran cobertura en todo momento para que así sea. Nos han ido bombardeando (en el sentido positivo de la palabra) con todo tipo de medidas y nos han mantenido informados. Hemos llegado a un punto en que nosotros mismos nos hemos concienciado mentalmente de que el exterior es riesgo y el interior es seguridad.